Friday, May 12, 2006

Loosing my religion?

Entonces el timbre del teléfono te despierta de la siesta. Hacés el tramo que separa tu cama del aparato en cuestión caminando como borracha y sin poder entender qué es real y qué es sueño. Levantás el tubo y te sorprende una voz que no escuchabas en años pero que reconocés al instante.
2o minutos después, totalmente despabilada, te sorprendés con la cabeza inclinada, una sonrisa de oreja a oreja y enrulandote un mechón de pelo. Danger! Síntomas de colegiala enamorada!!! Dejás tranquilo el pelo, tratás de ponerte seria y de enderezarte un poco... pero no sirve de nada, ya se te instalaron los pajaritos en la cabeza.

Sé que si te separás de alguien "por algo es", pero la verdad es que en este momento realmente no recuerdo cuáles fueron los motivos de la separación. Bueno, en realidad sí... pero estoy segura de que 2 años y medio se encargaron de limar todas las asperezas. Y si no es así, no importa. No puedo ignorar el síndrome de *I've a crush on you*. Estas cosas no me pasan desde... desde... uh, pasó tanto que ya me olvidé.