Fever
- Vos no eras así antes!
- No...
No sé, como que de repente caen un montón de fichas (nunca paran de caer, la maquinola esta es incansable!) y la frustración que tenía hace un par de días atrás se va diluyendo.
Antes de ir a Mar del Plata fui a que me leyeran la borra del café, la tipa tiró un par de cosas acertadísimas y lo que más me sorprendió fue un "hay alguien que te hace creer que vos sos una cosa que no sos y con eso te detiene, te bloquea. Te hace pensar que vos no podés cuando es él el que no puede. Dejalo y seguí vos sola".
Hace 2 meses más o menos me tiraron las cartas, la chica me dijo que había un gran problema eue me trababa el resto de las cosas, este problema era de índole sexual. Entrar en detalles sería demasiado extenso y bochornoso pero resumiendo, puedo decir que no me sentía deseada, ni un poco. Ya había pasado por situaciones similares y yo traté de ponerle onda y no traumarme, pero cuando te pasa una vez, te pasa dos veces, a la tercera realmente pensás que es todo culpa tuya y que sos un queso a la hora de los papeles. Sí, había algo en mí que me decía que las cosas no eran como yo me las ponía, que mi tendencia a elegir encerrados/neuróticosexacerbados/ narcisistassinremedio hacía que me enfrentara a la pena y frustración de no ser deseada. Como que siempre, en esos casos, había elegido ser protectora y compañera, sacrificando con eso el aspecto sexual, que tan importante es para mí.
Esa fue una de las razones por las cuales decidí acabar con "mi vínculo". Me sentía querida, tenía muchísimo amor para dar pero sólo podía expresarlo de manera maternal. En vez de agarrarlo contra la mesada de la cocina, sabía cuantos diclolfenacs quedaban en su botiquín. Estaba atrapada en una realidad paralela, un matrimonio de 15 años pero sin el Volvo, el perro y la cerca blanca. Estaba reprimida, pero esa represión no era responsabilidad enteramente mía, del otro lado había alguien que no me daba feedback, que me hacía pensar (procesos de proyección y resacas de conflictos anteriores a él de por medio, claro está) que yo no podía expresar mi deseo, ni con él ni con nadie.
No hay reproches a esta altura. No puedo echar culpas, ni a él ni a mí misma. El ya resolverá por qué genera eso y podrá disfrutar del sexo sin represiones y neurosis... Y yo pude, destino de por medio, descubrirme una faceta que desconocía y me fascina. Ya estoy tranquila, mucho más tranquila. Sé que puedo empezar, ahora hay que ver cómo se hace para seguir.
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