Friday, March 10, 2006

Y funde a negro...

Siempre que estuve triste me fui o me mandaron de viaje, como si tomarme un micro me purificara de todo esa angustia. Suelo llorar mientras voy saliendo de Retiro, miro por la ventanilla y se me caen unas lagrimotas que trato de esconder tapándome la cara con el pelo. Sigo mirando por la ventanilla y trato de mirarme en el reflejo del vidrio, es ahí cuando todo se convierte en una escena.

Ella deja todo atrás en busca de una nueva vida. Después de someterse a épicas sesiones de angustia en la oscuridad de su cuarto, decide abandonar todo lo que la haga recordar a él, arma un bolsito con lo justo e indispensable y se toma un taxi hasta Retiro. Cuando le entrega el boleto al chofer, duda por un instante.

La película termina así, en un plano de lo que Ella ve a través de la ventana, un poco del paisaje y un poco de su reflejo en el vidrio. Muy trillado, muy grasa y con una musiquita de guitarra muy Brokeback Mountain.
Una porquería de final, pero bueh, es MI escena y la hago como me sale.