Tuesday, March 28, 2006

La vez que iba en el micro de vuelta de mi viaje de egresados marcó mi manera de comportarme en las relaciones de ahí en más, pero más allá del mero hecho de relacionarse... me acordé de mi mejor amiguito de los primeros años del primario, N.
N era el nene más dulce del mundo, buen compañero, divertido, buenito... Cuando sabía que iba a ir a jugar a su casa limpiaba, él solito, su cuarto ante la mirada anonadada de su madre.
Un día estábamos en mi casa mirando la tele y comiendo papas fritas. Me miró y me dijo "querés ser mi novia?". Giré la cabeza, lo miré y le dije "no", seguí mirando la tele y nunca más se volvió a tocar el tema. Claro que a mí me gustaba el terrible del grado, ese que no prestaba atención y bardeaba a la maestra.
Mi mamá vio toda la escena porque estaba espiando desde la cocina, cada tanto me lo recuerda... eso y que a mi edad ella ya me estaba criando, pero ese es otro tema.
Y así funcioné siempre. Si sos buena persona, dulce, si me cuidás y me querés no me voy a poner colorada cuando te mande a freír churros. Voy a decirtelo fría, a los ojos y después voy a mirar para otro lado a seguir haciendo lo que fuera que haya estado haciendo.

Y si a los 6 años ya era así... hay manera de revertirlo??? Eh???